En el umbral de la idiotez

Nota: este post es clasificación TVMA destinado específicamente a público adulto amargado y defraudado por la vida, por lo tanto puede ser inadecuado para menores de 17 años cuya ingenuidad por la vida aun sigue vigente. Este post presenta una o más de las siguientes características en dosis letales: lenguaje obsceno e indecente (L), violencia explicita contra la credulidad (V), escenas de desesperanza medio emo (E).

El reality check de hoy esta bueno, además de que me gusta cómo suena REALITY CHECK podría repetirlo mil veces y otros cinco más cada que descubro que necesitaba un reality check (qué suele ser muy seguido), y creo que hoy particularmente necesitaba mucho de eso, bueno desde hace muchos días, pero finalmente me cayó el 20.

Me pregunto cómo es que una persona adulta de 27 años, puede equivocarse tanto o llevar su vida sin un rumbo claro o un objetivo especifico durante tanto tiempo, o porque necesito que alguien más me haga evidente mi falta de criterio o voluntad propia, saben es bastante doloroso encontrarse con un reality check uno mismo, como para que te lo anden echando en cara. Qué no saben que duele mucho ese golpe bajo al ego, y sí necesitaba no uno sino varios reality check en muchos aspectos, vivir en la luna y soñando tiene su alto precio.

Pues me di cuenta, bueno ya lo había percibido pero no quería ser consciente de algunas cosas, que es mejor aceptar más pronto que tarde, porque entre más rápido asimiles el proceso de abolladura espiritual más pronto lo llevas a hojalatería pá que lo arreglen y no se siga haciendo más profundo.

Bien lo dijo Homero “Necesitas dos para mentir: Uno que miente y otro que escuche” y la sabia Ivonne lo dijo en palabras más fuertes pero contundentes “No hay cabrón sin su pendejo”, pero que pasa cuando uno se da cuenta que vive en el umbral de idiotez, pues mejor no lo pudo haber dicho Nietzsche “lo que más me molesto no es que me hayas mentido, sino el no poderte creer más” y no pienses que porque estoy citando a medio mundo estoy a dos pasos de cortarme las venas o sacar mi carrera en psicología, simplemente estoy buscando la mejor forma de articular mis ideas de decepción de la vida de forma medianamente decente y algo interesante, aunque casi siempre termine fallando.

Pero tengo que confesarles algo pues no he sido del todo sincera, hoy no me paso mi reality check principal, NO, eso fue la semana pasada pero apenas lo acabo de digerir y procesar, ja, duro una semana y apenas siento como que sigo en el umbral de la idiotez.
Pero qué carajos es el umbral de la idiotez, no es un concepto que yo misma halla forjado o tal vez sí, la verdad es que mi mente está muy confusa cuando deambula en ese lugar, la verdad creo que podríamos definir al umbral de la idiotez al descubrimiento profundo de que la estas cagando bien sabroso en algo. Dónde está, cuáles son sus características, tiempo de estadía pues sabes varían de idiota a idiota y de experiencia a experiencia y no estoy siendo despectiva o tratando de ser grosera llamándonos idiotas, sino más bien uso la palabra enfáticamente en su sentido literal.

Idiota. (Del lat. idiōta, y este del gr. ἰδιώτης). 3. coloq. Tonto, corto de entendimiento. || 4. desus. Que carece de toda instrucción.

Ja, todos con esa definición (sin ánimos de ofender) hemos sido idiotas, aunque mejor es pensar que se vive en el umbral de la idiotez a ser un idiota entonces no sería un adjetivo sino simplemente un fase de tiempo/espacio, pero vaya que duele ser consciente de vivir en ese estado adormilado e ilusorio, bueno incluso llegue a analogarlo como estar el ojo de un huracán, es decir, estar en medio de una apacible calma repito ilusoria que es pasajera. Verán la mente es un torbellino de emociones y sentimientos y cuando se está en el umbral de la idiotez uno no los percibe como tal, simplemente es como estar centrado en la pashuates mientras están próximos a llegar sentimientos más fuertes y tal vez desbastadores.

Estar sin estar, sería una buena definición de el umbral de la idiotez, y no digo que nos estemos viendo la cara nosotros mismos; simplemente somos entusiastas de la credulidad humana, sin sentirnos molestos o dolidos, nomas ingenuos. Con un análisis exhaustivo de frente a la puerta, llamándonos a la próximo parada del reality check.