Notas Random

Me quede afuera de mi casa

Ah y si a ti no te ha pasado, pues no tuviste infancia; ya sabes, era súper típico que cuando eras chamaco y salías de casa para jugar, venías llegando de la escuela o cuando te mandaban por el refresco a la hora de la comida, era común que te dejarán esperando afuera de la casa como 15 minutos, mientras tocabas como loco o en mi caso te ponías a gritar Mamá, mamá, mamaaaaaaaaa sin éxito alguno.

O sea, no entiendo cómo es posible que en medio de esa histeria y gran escándalo para que uno de los ocupantes de la casa se dignara a abrirte, no puedo creer a la fecha, que no me hayan escuchado, porque toda la cuadra se daba cuenta que estabas afuera con el chesco y las tortillas, todos menos tu familia o tal vez era parte de una lección paternal para que aprendieras sobre la paciencia o incluso se podría presumir que tu joven hermano te escucho, pero desde los noventas u ochentas, según sea tu caso él jugaba un juego sádico al estilo saw.

Además es chistoso, porque cuando no quieres que esas personas te escuchen y hasta susurras, ahí si les surge oído biónico, hasta parece que tienen equipo especial de espías para escucharte cuando hablas en decibeles inaudibles, es más, hasta podría asumir que hay cámaras de vigilancia onda el gran hermano.

Por cierto otra cosa que se me hace muy curiosa es que en mi casa todos se comunican a gritos, pero no es en un afán de pelear, sino más bien cada quien está en su área o su recámara y cuando quieren hablar con alguien más, simplemente gritan su conversación, wey que pedo, en lugar de pararse se ponen a conversar gritando; pues obvió yo voy a hacer lo mismo. Lo que me parece increíble es que yo si los oiga a ellos y ellos a mí no, o grito muy bajito o la acústica de mi depa funciona de forma unilateral y yo puedo oírlos a ellos, pero ellos a mí no.

Y ciertamente el día lunes lo comprobé, ese día pase 15 minutos gritando en la entrada del edificio para que bajarán a abrirme.
Ley de murphy el único día que no bajó con llaves a la vecina de arriba se le ocurre jugar un juego sádico conmigo, igual onda saw.

Ese día llegue del gimnasio corriendo por la noche, para sacar al jardín a correr a Chuleta y a Roxy antes de que lloviera, llegue tome sus correas y salimos, justo cuando estábamos cerrando la puerta recordé que deje mis llaves, pensé que podía atorar la puerta con una piedra o dejarla emparejada, digo si un vecino ve que está lloviendo fuerte tendrá la cortesía de no cerrar, a menos claro está que le cagues la madre a la vecina de arriba, eso se convertirá en una prueba survivor.

Mientras corríamos mis perras y yo para que no nos dejaran afuera la lluvia comenzaba a caer en formato tormenta.

Pinches vecinos, me cae que a veces es lo único que puedes decir o más bien pensar, en mi caso mientras iba subiendo las escaleras iba diciendo o más bien hablando en tono fuerte, pinche vecina le valió pitos que me mojara.

Ok, total pero esa historia no termina así y mientras gritaba de forma desesperada para que me abrieran, porque está cayendo un diluvio, ahí estaban conmigo mis dos perras.
Mojándonos bajo la lluvia, sin poder ver por culpa de mis lentes, gritando en volumen bajo, porque yo no puedo gritar muy alto.
Saben lo desesperante que es querer gritar más fuerte y no hacerlo, mucho, en este caso odió mi voz ronca suave y melosa, jajajajaja.

Fue en ese momento y cuando volteé a ver a Chuleta con una gran desesperación por entrar a la casa, fue en el momento exacto en el que ella rascaba con una gran ansiedad, así como diciendo:

No mamen yo me bañe el mes pasado

Fue en ese momento que sólo podía reír y gritar para que nos abrieran, mientras Roxy, una perrita adoptada de un refugio, ella nos miraba con cara de:

“Wey, es sólo lluvia. Parecen princesitas”

Y mientras ese perro nos veía con condescendencia sólo podía reír y ya cuando mi mama bajo abrirnos deje de reír, pues obvio, nos dejaron mojándonos 15 pinches minutos.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com

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