Filosofando

Soy todo lo que buscas pero con panza

Hace tiempo me encontré con un meme muy divertido, uno que llamo mi atención; si bien el original estaba destinado para referirse a otro tipo de público, obviamente, yo me identifique o mejor dicho me proyecte con las palabras de ese meme:

Soy todo lo que buscas pero con panza

Una frase que he pensado mucho tiempo en adoptar como slogan de venta, filosofía de vida y aviso preventivo para todos los candidatos que deseen evaluar la adquisición de mi compañía y no de mi persona, creo que hay que puntualizar.

A demás de ser pegajoso es muy honesto, porque si bien estoy a dieta y voy al gym con la fuerte convicción de ponerme fitness, seamos honestos tengo 8 años intentándolo sin mucha recompensa, haga lo que haga, la panza no desaparece, bueno, bueno, que se día que hago algo, pues la neta no hago mucho, o más bien como mucho. Así que por estadística, probabilidad todos podemos pronosticar y sin bola de cristal que hay probabilidades del 90% de que la panza no desaparezca, pero vamos, solo es un poco de panza. Además si alguien me va a querer que lo haga con mis virtudes, mis defectos y mi panza decorativa que no quiere desaparecer.

Y cabe mencionar que en una evaluación calificativa y de desempeño, podría decirse que soy una criatura exquisita, perfecta, sublime, inteligente, divertida, bien proporcionada, estética, con un rostro agradable, elocuente, independiente pero dependiente, capaz, madura, comprensiva y con panza, como ven soy todo lo que un hombre busca de una mujer, y no cualquier mujer, una que es tan única que está en peligro de extinción.

De verdad, soy todo lo que buscas, pero con panza, y no es tanta, es una pequeña panza que desde ciertos ángulos se mira sexy.

Además me parece injusto que los códigos y los estándares de belleza para las mujeres sean tan altos y se exija cero grasa y estar delgada. Cuando en los hombres se les perdona y se les prefiere con ese relleno extra, dirían por ahí que el mejor aderezo es la carne pegada al hueso, bueno pues, la pancita.

Ya hablando en serio, siempre he sido partidaria de promover la belleza, pero no esa que es inalcanzable que nos retratan los medios, sino la belleza real, esa belleza cotidiana en la que todos podemos encajar en ese canon, el de la belleza. Un concepto que durante la etapa de los filósofos era un valor en cierto punto subjetivo y dependía siempre del observador.
Así la belleza se podía encontrar en cualquier lugar y cada quien evaluada lo hermoso de acuerdo a sus preferencias: gorditos, gorditas, llenitos, llenitas, delgados, en forma, había para todos; pero ahora todos entendemos a la belleza como una muy definida en la que hombres y mujeres tienen que seguir ciertos estándares, todo lo que no encaje en ello no es deseable; lo que quiero decir es que si no eres como lo que deberías ser hablando de altura y peso, entonces no eres deseable, no eres material genético para compartir. Y no hablo de ser considerado un adefesio, simplemente no eres candidato para estar en compañía de otra persona.

Lo malo de seguir esos códigos visuales de belleza, es que muchas veces se deja de ver lo importante, y es cómo encaja esa persona en tu vida y como cumple muchos otros requisitos.

Por eso a veces es bueno evaluar todo lo que una persona nos ofrece, lo bueno y lo malo, para poder evaluar si esa panza extra en el combo, amerita o no adquirirse.

Supongo que depende de cada quien si acepta a o no a una persona, con todo y panza. Eso es muy gracioso si lo piensas, porque a veces es más fácil aceptar otro tipo de fallas, antes que un poco de panza; y eso aplica tanto para hombres como mujeres.

Yo de menos le digo al mundo: soy todo lo que buscas, pero con panza.

Yes

Bloguera de hueso colorado desde el 2008. Porqué siempre hay algo que decir yes@elblogdeyes.com